¿Deberían las instituciones financieras estar obligadas a informar a la Reserva Federal sobre su participación en las criptomonedas?
Con el rápido crecimiento y la creciente popularidad de los activos digitales, ¿es crucial que el banco central tenga una comprensión clara del alcance de la participación de los bancos en este sector?
¿Podría esa transparencia ayudar a la Reserva Federal a monitorear mejor los riesgos asociados con estos nuevos instrumentos financieros y garantizar la estabilidad del sistema financiero en general?
O, por otro lado, ¿imponer tal requisito a los bancos infringe su autonomía operativa y sofoca la innovación en el espacio de las criptomonedas?
¿Cuáles son los posibles beneficios y desventajas de exigir a los bancos que notifiquen a la Reserva Federal sobre sus actividades con criptomonedas?