¿Vale la pena instalar Windows en M 2?

Hay dos métodos principales para lograr esta instalación. El primer método consiste en grabar la imagen ISO de Windows 10 directamente en el SSD M.2. Este proceso requiere una unidad USB de arranque o un DVD que contenga los archivos de instalación de Windows 10 y una configuración del sistema compatible.

Instalar Windows 10 o Windows 11 en un SSD M.2 es una medida inteligente para mejorar el rendimiento general de su sistema operativo. El SSD M.2, conocido por su alta velocidad y baja latencia, puede mejorar significativamente las capacidades de carga y ejecución de Windows.

Además del proceso de instalación, es esencial asegurarse de que su SSD M.2 esté instalado y configurado correctamente en la configuración BIOS o UEFI de su sistema. Este paso es crucial para que el sistema operativo reconozca el SSD durante la instalación.

Como alternativa, puede optar por el método de migración, que implica transferir su instalación existente de Windows desde un disco duro o SSD tradicional al SSD M.2. Este enfoque es ideal para usuarios que desean conservar sus datos y configuraciones actuales mientras actualizan a una solución de almacenamiento más rápida.

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